¿Sabías que el aceite de oliva virgen extra es mucho más que un simple ingrediente en la cocina? El aceite de oliva y la dieta mediterránea forman una combinación inseparable que ha definido durante siglos la forma de comer en nuestro país.
El aceite de oliva virgen extra, corazón de la dieta mediterránea
¿Cuál es su papel en la dieta mediterránea?
El aceite de oliva virgen extra es más que un simple ingrediente en la dieta mediterránea, es el elemento diferencial que da sentido a esta forma de comer tan nuestra. Su presencia es constante: en tostadas por la mañana, en el aliño de una ensalada fresca, o incluso como ingrediente para cocinar otros alimentos .
Dentro de la dieta mediterránea, el AOVE es la principal fuente de grasa, pues aporta un alto contenido en ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que lo hace especialmente interesante desde el punto de vista culinario. Además, al tratarse de un producto poco procesado, conserva compuestos naturales de la aceituna como polifenoles y antioxidantes, que contribuyen a su aroma y sabor únicos.
El AOVE se utiliza sobre todo en crudo, para aliñar ensaladas, verduras, pescados o quesos. También es habitual incorporarlo al final de la cocción para potenciar el sabor de sopas, carnes y platos calientes. En variedades como la arbequina, su perfil suave permite incluso su uso en repostería o cremas, sin interferir con los sabores principales.
¿Qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea es una tradición alimentaria arraigada en los países del sur de Europa, especialmente en España, Italia y Grecia. Se basa en el consumo de alimentos frescos, locales y de temporada, acompañados de una preparación sencilla y un estilo de vida activo y social.
¿Qué alimentos forman parte de la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea tradicional se apoya en ingredientes frescos, de proximidad y adaptados a cada temporada. Según la Fundación Dieta Mediterránea y el estudio Mediterranean Diet Pyramid Today , estos son los alimentos pilares que no pueden faltar:
- Aceite de oliva virgen extra: Utilizado como principal fuente de grasa para cocinar y aliñar.
- Verduras y frutas: Consumo diario.
- Legumbres: Varios días por semana.
- Frutos secos: Especialmente nueces, incluidos como suplemento.
- Pescado: Recomendado varias veces a la semana.
- Cereales integrales: Pan y otros productos de grano entero, en sustitución de cereales refinados.
- Vino tinto (con moderación y sólo en adultos): únicamente en quienes ya lo tomaban de forma habitual.
Además, esta dieta aconseja evitar el consumo en exceso de alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas saturadas.
¿Cómo escoger el aceite correcto para cocinar en clave mediterránea?
Cuando se trata de elegir un buen aceite para una cocina mediterránea, el tipo de AOVE marca la diferencia. Si buscas un sabor intenso y un perfil más natural y denso, el aceite de oliva sin filtrar es perfecto para consumir en crudo, en tostadas o ensaladas.
Por otro lado, si prefieres un aceite más suave y equilibrado, perfecto para guisos, repostería o cocciones suaves, elige un AOVE de variedad arbequina. Este aceite tiene un sabor dulce, con notas de almendra y tomate, y una textura sedosa que se integra bien con otros ingredientes. Es muy versátil y no domina los sabores, por lo que también es adecuado para paladares más delicados o recetas donde se busca sutileza.
Bibliografía
Bach-Faig, A., Berry, E. M., Lairon, D., Reguant, J., Trichopoulou, A., Dernini, S., … & Serra-Majem, L. (2011). Mediterranean diet pyramid today: Science and cultural updates. Public Health Nutrition, 14(12A), 2274–2284. https://www.cambridge.org/core/journals/public-health-nutrition/article/mediterranean-diet-pyramid-today-science-and-cultural-updates/70359644D12A038AC003B935AA04E120