¿Alguna vez has servido una copa de vino tinto y has notado posos en el fondo o aromas algo cerrados? Entonces es posible que ese vino necesitara ser decantado. Decantar un vino no es una práctica reservada solo para expertos o sumilleres, sino una técnica sencilla que mejora la experiencia en copa, especialmente si sabes cómo decantar un vino.
¿Qué es decantar un vino?
Decantar un vino consiste en verter el contenido de la botella en otro recipiente (normalmente un decantador de cristal) para dos fines principales: separar los sedimentos y airear el vino. Este proceso permite eliminar los depósitos naturales que se forman con el tiempo y ayuda a que el vino entre en contacto con el oxígeno, lo que favorece la apertura de sus aromas.
¿Cómo se decanta?
El proceso es sencillo si sigues estos pasos:
Primero, coloca la botella en posición vertical unas horas antes para que los posos se depositen.
Segundo, ábrela con cuidado, evitando moverla en exceso.
Tercero (opcionalmente) limpia el decantador con unas gotas del mismo vino, por si tiene polvo o restos de detergente.
Cuarto, vierte el vino lentamente, preferiblemente con una luz fuerte o vela bajo el cuello para detectar los sedimentos. Para servir justo antes de que los posos lleguen al cuello.
El decantador perfecto tiene base ancha y cuello estrecho, lo que facilita el contacto del vino con el aire.
¿Qué vinos hay que decantar?
Aunque no es obligatorio en todos los casos, hay vinos que mejoran mucho al ser decantados:
Vinos tintos envejecidos
Suelen contener sedimentos generados durante su maduración. Decantarlos evita que estos lleguen a la copa.
Vinos jóvenes estructurados
Aunque no tengan posos, suelen beneficiarse del contacto con el aire para suavizar sus taninos y desplegar mejor sus aromas.
Vinos con aromas reductivos
Si huelen a cerrado al abrirlos, necesitan oxigenación.
¿Qué tipos de vinos no se deben decantar y por qué?
No todos los vinos agradecen el paso por el decantador; en algunos casos puede incluso jugar en su contra y alterar su equilibrio o frescura:
-Vinos blancos jóvenes y rosados frescos: Son vinos diseñados para expresar su frescura, acidez viva y aromas frutales intensos.
-Espumosos (como cava o champagne): El contacto prolongado con el aire hace que pierdan su burbuja natural, que es parte fundamental de su identidad.
-Vinos muy delicados o con baja estructura tánica: En estos casos, el oxígeno puede descomponer los aromas sutiles en lugar de potenciarlos.
-Vinos naturales sin sulfitos añadidos: Suelen ser más frágiles frente al oxígeno y pueden oxidarse más rápidamente al ser decantados.
En estos vinos es mejor simplemente descorchar y servir, dejando que se expresen directamente en la copa, sin intervención adicional.
¿Cuánto tiempo se debe decantar un vino?
Depende del tipo de vino:
-Vinos jóvenes con mucho cuerpo: entre 30 minutos y 1 hora.
-Tintos de guarda (más de 10 años): justo antes de servir, para no sobreoxigenarlos.
-Vinos entre 4 y 10 años: de 30 minutos a 1 hora antes del consumo.
Si al abrir una botella notas aromas apagados o poco expresivos, prueba a oxigenarla unos minutos y vuelve a oler.
Recuerda que oxigenar en exceso puede perjudicar los vinos delicados, así que hazlo con cuidado.
¿Cómo puedo decantar vino sin un decantador?
Si no tienes un decantador, puedes optar por estos métodos caseros:
Una opción es verter el vino en una copa amplia, moverlo con delicadeza y dejar que repose un poco antes de probarlo.
Otra opción, es usar una jarra de cristal ancha, que cumple la misma función.
O utilizar un aireador de vino, un pequeño accesorio que acelera la oxigenación al servir.
Estos trucos ayudan a que el vino se oxigene, aunque no eliminan los sedimentos como lo haría un decantador.
La decantación es una práctica que puede cambiar por completo tu experiencia con el vino. Saber cómo decantar un vino te permite disfrutarlo como fue pensado.